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ME ACUERDO DE…


Un teatro donde las “marionetas / Saltaban y bailaban / Prendiendo en tu alma inquieta / La cálida emoción...”, así lo describe el tango Marioneta con letra de Tagini, música de Ghihandut y grabado por Carlos Gardel en 1928. Tagini se inspiró en una historia de su infancia porteña cuando llegaba el teatro de títeres al barrio y todos los niños corrían a ver la función. No hay edad o etapa de la vida que escape a la fascinación que produce el teatro de títeres con sus personajes, historias y, principalmente, con su música.

Hubo una época, el s. XVIII en Europa, en que los títeres y marionetas eran muy populares, los titiriteros recorrían las calles y era frecuente encontrar teatros de títeres ambulantes en las ferias o como parte de una forma teatral callejera llamada la commedia dell’arte. Estos artistas solían ir acompañados de algún músico que improvisaba en forma incidental e intercalaba tonadas con un instrumento liviano como la zanfona o el organillo, o un pequeño tambor que sumaba ritmos sencillos y eran casi infaltables unos pocos accesorios para efectos sonoros siguiendo el relato.

No nos olvidemos que por entonces gobernaba la realeza por lo cual también había teatros de marionetas instalados en los castillos para la diversión exclusiva de cortesanos y nobles. Tanto en espacios públicos como privados, las representaciones solían combinar la actuación de artistas y muñecos al instalar el teatrillo en un escenario mayor donde actores y cantantes también tomaban parte; podemos imaginar un espectáculo muy cercano a la ópera con canto, recitados, puesta en escena y demás recursos.

En las funciones se contaban historias que a veces eran improvisadas; otras veces se realizaban versiones simplificadas de óperas que habían gustado al público, por caso la primera de ellas fue en el s .XVII sobre el Orfeo de Luigi Rossi que originalmente requería más de una veintena de personajes.

Pero poco a poco se fue formando un repertorio propio con guion y partitura que en su mayoría se ha perdido. Hasta el famoso músico austríaco Joseph Haydn escribió operetas para títeres entre 1773 y 1779 cuando trabajaba en el castillo del príncipe húngaro Esterhazy; de todas ellas, se conservan dos y solo parcialmente: La casa incendiada, donde se teje la relación entre una joven, su admirador, un padre y un fantasma borracho, y Philemon y Baucis que cuenta la historia de una pareja de mortales cuyo amor se convirtió en eterno gracias a la intervención de Zeus.

Era costumbre usar relatos que recuperaban mitos, que se referían a personajes nobles o destacaban valores sociales con una finalidad moralizante; sin embargo, las obras siempre conservaban cierta dosis de humor que aparecía aquí o allá, en los parlamentos, en un personaje o en la música. Dicen que el compositor francés Charles Gounod, que vivió en el siglo XIX, se aprovechó de este género de música para reírse de un crítico que no le simpatizaba. Si bien Gounod pensó en dedicarle una Suite Burlesque, lo sorprendió la pronta muerte de su contendiente por lo cual dejó trunco el proyecto y sólo escribió un movimiento: la Marcha fúnebre para una marioneta en 1872 para piano y luego orquestada. Se trata de una pieza instrumental breve con diferentes secciones en las que, después de una introducción, cuenta que una marioneta se rompió, todos los muñecos le hicieron un cortejo y luego retornaron a su casa. Por su carácter ágil e incluso divertido, puede decirse que esta pieza es una parodia de un funeral; al maestro del terror Alfred Hitchcock le gustó esta broma y utilizó la obra de cortina musical para su serie televisiva Alfred Hitchcock Presenta entre 1955 y 1965. El fresco tema del clarinete convocaba a la audiencia frente a la pantalla para disfrutar de un escalofriante relato.

Con el paso del tiempo, el teatro de títeres y marionetas se fue modificando y aún perdura, tal vez porque sus historias, a fin de cuentas, son historias de personas; en ellas está presente lo grotesco, lo bizarro y un abanico de emociones que tantas veces se logra entre el relato y la música.


Imagen: Titiritero


Versión audiotexto:



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