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LA MÚSICA DE CÁMARA Y…GINASTERA.


MAYO, LA MÚSICA DE CÁMARA Y…GINASTERA. “Papá, papá, ¿qué es Bomarzo? – ¡Calláte la boca, insolente! ¿De dónde sacaste esa palabrota?” Así se refería Tato Bores -en un monólogo televisado- a la situación de censura que rodeó a la ópera de “Bomarzo” y que concluyó con su estreno mundial en E.E.U.U, un 19 de mayo. Era el año 1967 y la orden fue clara: “Mirá Eugenio (Intendente Schettini), vos me sacás “Bomarzo” mañana mismo o yo (Presidente Onganía) te cierro el teatro (Colón) mañana mismo”. A partir de entonces, un abanico de voces provenientes de la política, la crítica y el arte se pronunciaron sobre la censura, la obra y los artistas, algunas en contra (J. D’Urbano, J.L. Borges) y otras a favor (Guastavino, L. Nono) dando forma a un resonante escándalo internacional. No era para menos: Ginastera era por entonces un artista de renombre y gestor cultural (fundador y director de la Facultad de Ciencias Musicales de la U.C.A y el CLAEM), Mujica Láinez había ganado el Premio Nacional de Literatura (1963) por la novela “Bomarzo” y el Teatro Colón era el ícono por excelencia de la cultura nacional. Sin embargo, el estreno argentino no se produjo sino hasta 1972 cuando la ópera ya había triunfado en escenarios del mundo. Todo comenzó con la novela homónima de M. Mujica Láinez (1961) que inspiró la “Cantata op.32” de Ginastera (1964) para recitante, barítono y orquesta de cámara, con textos y poemas del escritor. Luego juntos trabajaron en elaboración de la ópera, dividida en dos actos (disponibles en https://youtu.be/GUFmOAzZVgM y https://youtu.be/2Oe4KkGBVr8 respectivamente) y a lo largo del proceso creativo literario y musical se modificó la historia real de Pier Francesco Orsini. En origen era un duque italiano del s.XVI saludable, social, provocador y anticlerical, quien por diversión se hizo construir un jardín de figuras monstruosas talladas en piedra en torno al castillo; en la fantasía de los autores se fue transformando en una figura dramática y compleja, ubicada en el centro de una trama de ribetes cada vez más siniestros, perversos y violentos …“censurables”; por estos mismos motivos Ginastera diría que “Bomarzo es un hombre de nuestros días”, un hombre de la modernidad. La ópera empieza con el final de la novela (la agonía y muerte del duque cargado de culpas), se narra en primera persona e incluye textos en prosa y en verso que están a cargo de cantantes solistas, un niño relator y un coro; completan la escena un mimo y un bailarín. Entre el presente de la ópera y el Renacimiento italiano de la novela se proponen interesantes juegos temporales que se plasman en la mezcla de timbres instrumentales (inclusión de viola d’amore y da gamba y variada percusión orquestal), en el uso de materiales musicales (tritonos, clusters y atonalismos, melodías antiguas, madrigales y escalas modales) e incluso en una antigua práctica de venganza personal: Tibiletti, sujeto que perturbaba en la vida real al compositor, figura entre los demonios que acosan a Bomarzo. Por último, los invito a ver la película “Bomarzo 2007” filmada en el castillo del duque y en su sacro bosco y cuya banda sonora es la grabación original de su estreno mundial (http://www.bomarzo2007.com.ar/ ). ¡Que la disfruten! Mg. Leticia Molinari PH: Bomarzo, Castillo Orsini, Jardín de los Monstruos, “Boca del Infierno” (imagen de la película Bomarzo 2007).

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