VILLANCICOS

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En medio del frenesí laboral, el aroma a pan dulce y el calor de diciembre, no hay nada mejor que encontrarse con un grupo de músicos tocando villancicos en calles de la ciudad; se trata de una práctica tan antigua como su repertorio que heredamos de las frías navidades europeas y que se fue modificando al gusto y posibilidades locales.

Son tonadas a veces tradicionales, en general del s. XIX y más atrás aún, a las cuales se adaptó un texto y se arreglaron para diferentes instrumentos y estilos. Solo unas pocas se originaron en América (Rise up, Sheperd and Follow cantada por los esclavos de campos de algodón) y muchas se fueron transformando en su devenir (O Little town of Bethlehem); de hecho, su circulación y aceptación general hizo que, como en el caso de Noche de Paz, sea declarada Patrimonio de la Humanidad (UNESCO). Además, algunos compositores las integraron en sus obras; así, Deck the Hall es una melodía galesa del s. XVI que luego utilizó Mozart, lo propio hicieron F. Mendelssohn con Hark! The Herard Angels Sing y G. Holst con The First Nowell del s. XVII o del s. XIII. En cambio, otras melodías formaban parte de obras antes de ser tan populares, como Joy to the World que proviene de un himno de J. Haendel y Whilst Sheperds Watched que se atribuye al compositor ruso P. Tchaikovsky.

Por otra parte, no todas provienen del ámbito religioso como O Come All Ye Faithful, más bien, tienen orígenes diversos: Ding Dong! Merrilly on High era la música de un baile de salón del s. XVI, God Rest Ye Merry, Gentlemen era una copla del medioevo entonada por los guardias para burlarse de los pobres campesinos y The twelve days of Christmas proviene del cancionero infantil y es acumulativa pues con ella se juega a enumerar los doce regalos que se esperan antes de Navidad. Finalmente, Jingle Bells se refería a las carreras de caballos antes de convertirse en el villancico más conocido y, tal vez, en el único que llegó al espacio cuando, durante una misión en 1965, dos astronautas hicieron la broma de informar a Tierra que habían divisado el trineo de Papá Noel y comenzaron a entonar la famosa canción.

Como vemos, los villancicos se han ido enriqueciendo en su larga y variada trayectoria, y continúan saludablemente hacia las próximas navidades.

Mg. Leticia Molinari