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VIDA BREVE Y MÚSICA ETERNA


Muchas creencias rodean a la muerte y diferentes culturas han prolongado muchas supersticiones, a veces sostenidas por más de una coincidencia. En el campo del arte, y de la música en particular sucede lo mismo; si bien de componer nadie se muere, a veces la parca sorprende al músico durante la escritura de la que será su última obra y que por lo tanto quedará inconclusa.

El caso tal vez más conocido es la incierta historia del encargo que un “extraño de gris” le hiciera a Mozart escribir un réquiem, es decir, una misa para difuntos. Como un oscuro presagio, un muy joven Mozart murió en 1791 sin llegar a cumplir sus treinta y seis años y dejando solo bosquejos de buena parte de su Misa de Requiem (K.626). En sus pocos años de vida, Mozart produjo un repertorio tan numeroso como insoslayable.

Morir joven es otra circunstancia fortuita y lamentable que dio que hablar en el mundo musical, de hecho, el paso de un talento truncado a las filas del mito mucho tiene que ver con imaginar sus nunca realizados logros. Tal vez sea mejor pensar en el legado de quienes, pese a morir tempranamente, todavía dialogan con nuestro presente.

Un ejemplo de lo dicho es Giovanni Battista Pergolesi, músico italiano de principios del s. XVIII, quien vivió escasos veintiséis años y compuso mucho. Tres años antes de morir escribió un intermezzo de teatro musical el cual, además de un gran revuelo, marcó un hito en la historia de la ópera que por entonces era un género de imponente producción y con temáticas mitológicas. Se trata de La serva padrona de 1733, una obra breve, ambientada en su misma época y escrita en clave humorística con la cual Pergolesi inició el camino de la llamada ópera buffa; en ella se presenta una situación doméstica donde enreda a tres personajes que caracterizan a gente común y que se dirigen al público en su mismo lenguaje. Podría decirse que esta ópera incorporó al espectador y a su vida en el espacio escénico y si bien hoy todavía nos divierte, también nos habla de crítica social, del papel de la mujer, de la riqueza que encierran las historias cotidianas y más cuestiones con las que cada momento histórico la releyó a lo largo de tres siglos.

Muchas de las composiciones de Pergolesi se interpretaron en vida, otras son póstumas y otras tantas se le atribuyeron erróneamente pues su imagen se volvió leyenda y su música se hizo muy popular a poco de su fallecimiento; una historia parecida a una mítica estrella pop si hubiera vivido a mediados del s. XX.

“Encuentra lo que amas y deja que te mate” es una frase del poeta Charles Bukowski que bien podría describir al compositor austríaco Franz Schubert quien en sus treinta y un años de vida compuso febrilmente en diferentes géneros. Sin embargo, y a diferencia de Pergolesi, no gozó de éxito popular y solo logró dar un concierto público en su vida pocos meses antes de morir; por ello, solía organizar reuniones en casas de familia y mostraba sus obras, especialmente sus lieder, en general, para voz y piano. En este género, Schubert fue particularmente prolífico, recurrió a poemas de reconocidos escritores y de contemporáneos y abordó temáticas tanto festivas como intimistas, incluso a veces con ironía; compuso algunos en estrofas y dejó que otros discurrieran más libremente o bien que, mediante contrastes, expresaran dramatismo.

Es principalmente a través de este repertorio que Schubert sigue vigente, pues aquel lied germánico se considera antecedente de la canción tal como la conocemos hoy, es decir, una obra breve, sin artificios vocales, con despliegue melódico y donde música y texto se aúnan para comunicar una idea dentro de un cierto clima. Además, las guitarreadas entre amigos de alguna forma también recuerdan aquellas schubertiadas en salones familiares donde la canción ocupa el lugar de privilegio.

Parafraseando el lema punk que dice “compone rápido, muere joven…” reunimos a estos músicos quienes, pese a su corta vida, siguen siendo actuales y cuyas obras, más allá de la cantidad, son repertorios que nos interrogan y nos expresan en nuestro tiempo.



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