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DEBUSSY “ENTRE LOS PÁJAROS Y LOS ÁRBOLES”


Debussy fue un creador revolucionario que amaba el mar y prefería sus colores hasta tal punto que, de no haber sido músico, le hubiera gustado ser marino. Vivió en París a fines del s. XIX en un ambiente que él sentía a la vez cosmopolita y pacato por ser tan creativo como aferrado a sus instituciones; considerada la meca musical europea, en París habían vivido compositores influyentes (“Chopin fue el más grande de todos, sólo con el piano lo descubrió todo”, expresó con admiración) y por ella pasaban legiones de artistas y directores, músicos y eventos culturales no-europeos, estéticas tan diferentes con las que pudo tomar contacto más allá de algunos viajes por Rusia, Italia y España.

La música de Debussy (1862-1918) fue motivo de interés en el mundo musical ya desde sus primeras obras cuando todavía era un estudiante desconforme y molesto a quien sus maestros le habían sugerido dedicarse a la carrera de pianista y abandonar sus aspiraciones de compositor. Sin embargo, Debussy tenía mucho que decir y prefirió hacerlo a su manera: creó un mundo sonoro con sus propias reglas que le permitió plasmar, entre otras cuestiones, las impresiones que la naturaleza y sus ciclos les producían. Tal el caso de la “Noche estrellada” (1880, https://youtu.be/WVriPHc5Ji8), su primera obra publicada, una melodiosa y nostálgica canción de cámara, o el más conocido “Claro de luna”, tercer movimiento de la temprana “Suite Bergamasque” (1890/1) para piano, inspirado en el poema de P. Verlaine que comienza “vuestra alma es un exquisito paisaje” (https://youtu.be/_PTuXRq6bEg)

El agua en sus diferentes manifestaciones ejerció un profundo magnetismo sobre Debussy: subyugado por los cambiantes destellos en la superficie compuso “Reflejos en el agua” (https://youtu.be/V4ywD41TC3Q), una serena y colorida pieza que forma parte de las tres primeras “Images” para piano (1905); también escribió para su “viejo amigo, siempre infinito y bello” la obra “El Mar”, tres esbozos sinfónicos de sus impresiones de “El alba al mediodía en el mar”, del “Juego de olas” y del encuentro y “Diálogo del viento y del mar” (1905, https://youtu.be/1mGqLaD_zaU). No podía faltar la lluvia que moja el follaje de los huertos y en “Jardines bajo la lluvia” Debussy la evoca brevemente con variada intensidad y energía, como un torbellino con final casi abrupto (es el último movimiento del tríptico para piano “Estampas”, 1903 https://youtu.be/ul0V6Agy_aY).

La primavera y la felicidad que acarrea el buen tiempo fueron el motivo de una sus “Images” para orquesta, “Rondas de primavera” (1905/09, https://youtu.be/Gk5g7USZlik), donde recuerda la llegada del tan esperado mes de Mayo con un gozo casi infantil reflejado en la cita de una canción de su niñez. Un gozo semejante al que tal vez experimentó en sus últimos años cuando, ya enfermo, podía cobijarse cálidamente en su hogar pese a la escasez de carbón durante el crudo invierno bélico de 1917. Claudio de Francia -como solía hacerse llamar por entonces- dedicó a su gentil proveedor de hulla “Las tardes iluminadas al calor del carbón” (https://youtu.be/TXpcXImbbas), una obra para piano recientemente descubierta y catalogada a la fecha como su última composición. Falleció un año después y, respetando su voluntad, fue enterrado “entre pájaros y árboles”, en la serenidad de un bosque.

Contra todos los vaticinios académicos, Debussy es considerado el padre de la música contemporánea: lo que entonces era una armonía defectuosa -enlaces, conducción, cadencia- o ambigüedad tonal -climax, tensiones y resoluciones internas- retrospectivamente es visto hoy como característica fundacional del decurso musical en este siglo transcurrido desde su fallecimiento. Dijo alguna vez: “Tengo infinitos recuerdos que valen más que la realidad”, recuerdos de un niño para quien “la música es un total de fuerzas dispersas” que “está inscripta en la naturaleza”; estas impresiones están diseminadas por toda su producción por la cual hemos recorrido brevemente siguiendo algunos títulos muy sugerentes. Continuaremos en la próxima entrega.

Imagen: Claude Debussy. https://mattsko.wordpress.com

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