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LA ÓPERA DE CÁMARA ES “ÓPERA DE BOLSILLO”


La ópera, a lo largo de sus quinientos años de historia, se ha instalado en el imaginario colectivo como un espectáculo extenso y de gran despliegue. Si bien es cierto que buena parte del repertorio de este género tiene tales características, también es cierto que existen excepciones a la regla y las encontramos en la producción operística de Darius Milhaud (Francia, 1892-1974). Este músico compuso óperas de muy largo aliento (“Christophe Colomb”, op 102, 1928 y “Bolivar”, op.236, 1943 entre otras) a la vez que exploró formatos cada vez más breves en óperas de tres actos, cada una con una duración de poco más de media hora: “El Pobre Marinero” (1926, en https://youtu.be/CFcdvHMZmBM) o la ópera de cámara “Las Desgracias de Orfeo” (op.85,1924, en https://youtu.be/PNosoQQAjAM, donde Orfeo es un médico de pueblo y Euridice una gitana). Si nos sorprende que estas óperas duren menos tiempo del que necesitamos para llegar al teatro, veamos aquellas que pueden finalizar antes de ubicarnos en la platea. Milhaud llevó al extremo la reducción temporal del género operístico en las tres "opéras-minute" de 1927: “El rapto de Europa” op.94 (incluida en el “Libro Guinnes”), “Ariadna abandonada” op.98 y “La liberación de Teseo” op.99. Se trata de una trilogía concisa donde cada obra de un acto dura entre siete y diez minutos (en https://youtu.be/OK-aBMoZpio) en sintonía con una preferencia por la temática mitológica en el arte francés de entonces y contemporánea de otras propuestas de cámara de pequeño formato. De hecho, "El rapto de Europa” fue un encargo para “una tarde de cuatro óperas breves” en el Festival de Baden Baden en Alemania, comisionado a su amigo, el compositor alemán Paul Hindemith, quien compuso para la ocasión “Ida y vuelta” (disponible en https://youtu.be/yv9f0gdhSt8); las obras de Hindemith y Milhaud compartieron escenario con “La Princesa y el guisante” de Ernst Toch y la cantata “Mahagonny Songspiel” de Kurt Weill-Bertold Brecht (disponible en https://youtu.be/6Iokt8xKCAg). Milhaud fue un compositor temprano (solo tenía 15 años cuando escribió las 600 páginas de partitura de su “opera prima” que luego quemó) y prolífico en todos los géneros incluso incursionó en la música electroacústica; compuso 16 óperas desde “La Oveja Descarriada” (1910) hasta “Saint-Louis, rey de Francia”, Op.434 (1970). En todas sus óperas colaboró con diversos poetas y artistas como Jean Cocteau y Paul Claudel entre otros creando obras que marcaron una corriente aún hoy vigente: operas-oratorio, de cámara, históricas, cómicas, con ballet.... Los libretos y los recursos musicales de sus óperas muestran un Milhaud amante de los viajes, un apasionado de la mitología y un defensor de las tradiciones. Decía: “cada obra no es más que un eslabón de una cadena y las ideas o técnicas nuevas solo se añaden a un pasado íntegro, a una cultura musical sin la cual ninguna invención tendría validez”. Fiel a su pensamiento, recuperó cultura y música de todos los lugares que visitó, por eso en sus obras hay ritmos brasileños, elementos del jazz, historias sudamericanas, folklore europeo y creencias judías: materiales de muy diferente procedencia con los que compuso música sofisticada. En solo unos pocos minutos, las mencionadas mini-óperas ponen en evidencia el trabajo conjunto de la dupla libretista-compositor; disfrútenlas, son “de bolsillo”! PH: Darius Milhaud. Extraído de www.radiosefarad.com

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